martes, 28 de junio de 2011

Planeta Compañero


Cap 1

-No sé cómo salir de aquí, ¡Ayuda! ¿Alguien puede oírme?
Lo último que recuerdo es que casi alcanzo a ese par de pillos. Tienen pedido de captura de Nivel Alfa en toda la región triple planetaria. No podrían realizar ninguna transacción en ninguno de los planetas asociados sin que la alarma que identifique su ID y nos envíe a capturarlos. El sistema de control policial funciona excelente, pero contradictoriamente el planeta donde vivo, la Tierra, es un caos. La corrupción escapa al sistema, la mayoría de la gente vive en la pobreza e ignorancia, y como siempre la mayor parte del dinero y las decisiones es manejado por un grupo reducido de personas.

La voz del sistema operativo interrumpe mi voz interior.


- El sistema se está apagando por falta de energía. Todas las puertas permanecerán cerradas menos la central. Una vez afuera cierre manualmente. Muchas gracias. Hasta pronto.
- Excelente – pensé - La puerta principal está abierta. Pero tengo la pierna atrapada.
En ese momento encontré a pocos metros una barra que hasta ahora solo había sido un capricho del diseñador del interior de la nave, ahora es ella mi última esperanza. La tomé con mi mano derecha y la ubiqué entre mis piernas. Apretando los dientes hice toda la fuerza que alcancé, y pude liberarme. Mi pierna derecha estaba completamente bañada en sangre.
Arrastrándome logre salir de la nave, no recuerdo haber cerrado manualmente, olvide hacerlo en el susto que me llevé al ver afuera arboles incendiándose alrededor de la nave. Huí lo más rápido que pude, la nave quedó atrás… me encontraba inmerso en un bosque y era la tarde. El sol se estaba poniendo en el oeste, así que sin dudas supuse que me encontraba en mi planeta natal. Seguí caminando derecho, sin detenerme, hasta que a lo lejos, ví luces de autos. El bosque era atravesado por una ruta. Me dirigí a ella con todo lo que me quedaba de fuerzas. No llegué a poner un pie en la calle, cuando sobre la banquina perdí el conocimiento.

-Alejandro bienvenido. Todo está bajo control. ¿Cómo se siente?
-¿Dónde estoy?
-Estas en el Hospital Cooperativo Nacer de Nuevo. Sufriste un accidente en tu pierna, pero dentro de unas semanas podrás caminar normalmente.
-¡Si, lo recuerdo! Muchas gracias. ¿Quién me trajo aquí?
- Veamos… Su nombre es Sebastián Gonzales, y en este momento tuvo que seguir su camino para atender otros asuntos. El dejó todos los gastos cubiertos y dijo que volvería para verte mejorar.
-¿En serio? Ese hombre es un santo ¿Cómo podré agradecerle que me haya salvado? Lo que hizo por mi tiene mucho valor.
-Sí. Cualquiera hubiera lo mismo viendo a alguien en la situación que en que se encontraba usted.
-No estoy seguro de eso… pero de lo que si, es que estoy muy agradecido.
-Bueno, siga descansando. Cualquier cosa oprima este botón, y enseguida vendré a servirle.
-Muchas gracias, es usted muy amable.
-Hasta luego.


Al otro día me desperté temprano. Me sentí mucho mejor. Encendí la tele con el control remoto. Estaban emitiendo una entrega de premios.
-El globo de oro es para GrowShow. ¡El mejor programa de entretenimiento!. El 80% de la población no se perdió un capítulo. Todos sabíamos que era posible aprender y divertirse sanamente… pero este show rompió todos los records. Felicitaciones.


-Nunca oí de él.
Uno de los que pasó al frente dijo

-Este es un logro de todo el equipo, también de todas las organizaciones que son apoyan incondicionalmente y de todo el público que siempre nos envían su buen feed back. Sigamos esforzando por una sociedad cada vez más evolucionada, madura y libre. Renovamos nuestro compromiso con la sociedad por seguir dando nuestro aporte de humor y capacitación. Como decimos siempre, conocer la verdad nos hace hombres libres.
Qué interesante, un show de humor que capacita… ¿Cómo es que nunca lo vi…?. Pensé que sólo se reconocía a esos programas de humor basura que tanta gente sigue… yo no los miro, pero es de lo que todos hablan. Tal vez cada tanto lo ojeo… no es divertido, pero es lo que hay. Qué buena idea que tuvieron, cuando vuelva a casa lo voy a mirar.

En la mañana del otro día, se acercó con ese rostro radiante, como lleno de luz, mi amable enfermera.

-Buenos días
-Que tal doctora
-Mi nombre es Noelia, pero puede decirme Nurry. Vine para saber cómo se sentía.
-Me siento muchísimo mejor, solo me duele la pierna cuando la muevo.
-Bueno, no la mueva. Me alegra que esté mejor. Vine a despedirme porque voy a hacer un viaje al sur. La semana que viene daré un seminario de recuperación progresiva integral. Estoy muy entusiasmada. Lo dejaré a cargo de una de nuestros mejores residentes del lugar, su nombre es Carolina y estará para lo que necesites.
Obviamente este es el hospital con mejor atención al que fui. Debió haberle sido caro a ese tal Sebastián. No veo la hora de conocerlo y agrandecerle.
Dos días más tarde, llegó el fin de semana esperado. Hoy voy a salir a caminar, pero con muletas.
Caro (así me ordenó que la llamara) me dijo:
-Bueno, obviamente podrás salir, pero solo acompañado por alguien.
-¿Usted sería tan amable de acompañarme aunque sean un rato?.

- Claro que si –respondió - pero hoy le cederé ese honor a otra persona.
Ella miró hacia la puerta y dijo:
- Le presento a Sebastián Gonzalez.
Allí estaba, un hombre alto, de pelo negro, nariz grande y una gran sonrisa en sus labios. Su mirada me transmitía confianza y bondad. Cuando lo miré automáticamente empecé a llorar y a agradecerle por salvar mi vida. Él rió y me dio un abrazo.
-Cualquiera hubiera hecho lo mismo, tuvimos suerte de que justo pasara por ahí. Vamos a dar un paseo.
El parque por el que caminamos estaba limpio como en una foto turística. Yo rengueaba bastante, pero no teníamos apuro, podía caminar con él en ese predio durante toda la vida. Pero había algo más interesante que el parque limpio, y eran las cosas que hablaba Seba. Parecía que estaba al día con todo lo que sucedía y que encima lo contaba con humor ¿será un fanático de GrowShow?. Nos reíamos por un largo rato mientras íbamos por el parque.



De repente empecé a sospechar, algo en mi interior me decía que todo estaba demasiado bien… no estoy acostumbrado a estos tratos. Entonces cometí la primera idiotez importante del día. Sospeché de sus intenciones.
-Sebastián ¿Por qué causa no siguió de largo?... Es decir, usted podría haberme dejado tirado en el camino.
Sebastián dijo
- ¿Cómo voy  a dejar a un hombre herido en el suelo? Usted necesitaba ayuda.
Claro – respondí - pero usted también debe tener sus problemas… o yo podría haber sido una persona mala.
-Sí, es verdad. Pero preferí correr el riesgo.
Esas palabras me dejaron boca abierta. O estoy hablando con un rico chiflado… o es el hombre más generoso, bueno y con altura que conocí.
Mientras volvíamos al cuarto le dije:


- la verdad lo felicito, es la primera vez que llegué a admirar a alguien tan rápido.
-Jeje, muchas gracias. Ahora andá y hacé lo mismo por otros.
Y con esa frase se fue.
Cap 2
¡No puede ser! De repente parecía entender todo y no entender nada a la vez… todas las fichas cayeron juntas en mi cabeza. Todo cerraba y seguía cerrando. Esto es imposible para el hombre. ¿Acaso viajé en el tiempo?... ¿o estoy en otro planeta?

Carolina ese siguiente domingo me llevo a la reunión semanal política. Era un lugar donde las familias se reunían con los líderes de la zona geográfica para enterarse de eventos y proyectos; y siempre, dijeron, terminaba con un discurso moral o de aliento y reflexión dirigida a todo el grupo para darse animo entre sí para enfrentar la semana. El lugar estaba repleto de gente. Esa mañana cerraron hablando sobre cómo enfrentar los problemas siendo ayuda para los de los demás.
Esa reunión fue muy extraña, estaba repleto de gente, era una mezcla entre una sociedad de fomento, un club, una iglesia, y una organización de derechos humanos. Pero no era nada de eso, o más bien, tal vez era eso todos juntos… Pero lo que realmente me sorprendió fue el discurso. Todos queremos ser buenas personas, yo también, pero todo lo que el discurso proponía ya era una utopía.

Entonces me acerqué a uno de los líderes, le comenté que yo estaba muy de acuerdo con lo que se habló, pero no entendía como podía hacerse posible esta propuesta. Todos salimos entusiasmados, pero ¿lo podríamos poner en práctica?. A mí me gustaría ¿Cómo hago?
Dijo –Bueno, simplemente hacélo. ¿Nunca recibiste ayuda cuando tuviste un problema?
-Si… Muy recientemente.
- Bueno, eso que recibiste, dale a otros.
-¿Y toda esta gente que viene acá se esfuerza así en ser mejor cada día?
-Así es. Es lo lógico. – Y agregó - De todas maneras siempre hay personas que no entienden nuestras ideas. Generalmente sucede cuando vienen de lugares remotos, donde el compañerismo (así  se llamaba el sistema social) aún no llegó.
Ellos suelen tener mucho egoísmo, pero ayudándolos de muchas maneras en varias áreas mejoran drásticamente. Luego  sus hijos suelen interpretar todo de su niñez y nunca abandonan este camino.
-Esto es muy interesante, no puedo salir de mi asombro... Disculpe pero necesito despejar mis dudas... Con respecto al discurso, ¿cómo es este concepto de que el que tiene dos pares de zapatos y encuentra a alguien que no tiene ninguno, que le dé un par? ¿Por qué debería hacerlo? ¿Es una obligación? ¿Y si quiere tener los dos pares de zapatos? ¿Por qué me tiene que importar la situación del otro?
Mirándome me dijo: -nadie te obliga a hacer algo así, solo es un consejo. Pensalo por un minuto. ¿No tiene lógica actuar así?
-No entiendo, yo quiero mis dos pares de zapatos.
-¿Pero y el que no tiene ninguno?
-mmmm

- ¿Sabes el impacto que haces en la persona cuando la ayudas? Ya no hay tanta gente en esta sociedad que está gravemente necesitada porque todos nos ayudamos mutuamente, pero cuando encontrás a alguien así y lo ayudas… te aseguro que no hay satisfacción más grande. Es mucho mejor dar que recibir.

Y aclaró  - Lo genial de este tema, es que en realidad, todos necesitamos de los otros. Y sí todos estamos pendientes de lo que el otro necesita, nunca nos va a faltar nada.
-Entiendo… realmente entiendo. Pero me cuesta creer que se pueda llevar a la práctica realmente. Estoy muy interesado en estas ideas, no voy a faltar nunca a estas reuniones. Siento que abren mi cabeza con cosas que nunca había pensado. Dejamelo masticar y la semana que viene volvemos a hablar.
-Jajaja, te veo nervioso, pero me pone muy contento serte de ayuda. Podés contar conmigo siempre, tanto para despejar dudas como para cualquier otro asunto.
-Muchas gracias.
Obviamente este no era mi planeta Tierra… o algo le pasó.

¡Esté donde esté, este sitio es idéntico a mi planeta! Internet es la fuente de información más completa. Decidí investigar.
No pude leer en detalle todo lo que me hubiera gustado, pero a grandes rasgos encontré que estos seres vivían en una situación idéntica a la de mi planeta hasta que “La Última Gran Guerra” acabó con prácticamente todo lo conocido hasta el momento. Aparentemente los pocos sobrevivientes constituyeron este nuevo sistema social llamado “compañerismo”, basado en ayudarse mutuamente. Este sistema ya tiene más de 200 años de vigencia y rige en todo el continente (No hubo señales de vida aún en los otros).


Algo muy interesante es que la investigación y el desarrollo de la tecnología ya no fue aplicada para construir armas, sino mayoritariamente en el sistema de salud. Aunque también en reconstruir las viviendas y medios de comunicación informática. Por lo que veo, todos viven bien, la calidad de vida es muy alta.
Entonces me sigo preguntando… ¿Acaso este es otro planeta? ¿O habré viajado a un futuro… o a otra dimensión?

De repente se ven en las noticias algo que me cayó como un balde de agua fría por la espalda en invierno. El noticiero hace una llamada de emergencia. 2 hombres armados tomaron rehenes en un supermercado. Pude verlos, son Xu y Talón, los delincuentes asesinos y ladrones que yo estaba persiguiendo. Se ve que ellos también cayeron en este planeta…

Debo hacer algo. Semejante dosis de maldad podría ser contagiosa. Este planeta no debe contaminarse con lo que puedan hacer. Las maldades generan rencor en las víctimas y este rencor motiva a hacer más maldades. Yo sé el peligro que corren, este lugar no debe transformarse en el planeta Tierra del que vengo. Ni Seba, ni Nurry, ni Caro, ni ninguna de las personas que conocí se merecen eso.

No sabía donde quedaba, pero me dirigí rápidamente en busca de ese supermercado. Preguntando llegué.

Cap 3

Era un supermercado grande, la mayor parte de las paredes estaba hecha de vidrio. Había uno baleado, pero no roto. Evidentemente era un vidrio resistente. Afuera se encontraban mayormente los periodistas que con sus cámaras podían ver todo a gracias a la transparencia vidrio. Además se encontraban los líderes de la zona. Estaban a punto de entrar para iniciar un diálogo. No llevan armas.
Pude identificar a uno que estaba con los líderes, era mi amigo Sebastián, aquél que no me dejó morir.

-Bueno, entremos.- Dijo uno.
Las líderes mujeres quedaron afuera, y cuatro de ellos entraron. Junto a ellos fue Sebastián y antes de que entren me sume yo.

Adentro mucha gente estaba en el piso. Sólo nosotros estábamos parados. De repente una figura aparece. Xu, uno de los ladrones.
No supe qué decir. Pero uno de los líderes, Javier, exclamó calmado y claramente:
-¿Qué estás buscando?
Esa podía ser una pregunta muy profunda, pero no creo que Xu lo interpretara de tal manera.
- Quiero todo el dinero en una bolsa. También ustedes, denme su reloj.
Ninguno del grupo tendría problema en dar su reloj. Esta gente era culturalmente muy desprendida. Javier contestó
- ¿De qué sirve ganar todo el dinero, y todo lo que el mundo te pueda ofrecer, sí perdés tu alma?
- ¿Eh? – Respondió.
Xu no era tonto, era muy inteligente, pero las muchas inseguridades que su enfermiza baja autoestima le brindaba, lo atormentaban tanto que muchas veces nublaba su juicio. Javier agregó
– Pensalo por un segundo. Sí necesitabas algo, podías pedírnoslo. No hay necesidad de maltratar a la gente, ni de robar los bienes. Este tipo de acciones te acompañan en tu conciencia toda la vida, y con el tiempo se pudren dentro tuyo.
Xu ya tenía varias batatas podridas dentro. Por eso parecía escucharlo. Hasta que llegó Talón.
- ¡¿Qué son esas sarta de ñoñadas que estoy escuchando?! ¡Silencio! Acá mando ¡yo!.
Talón era un hombre violento, con mucho odio y rencor. El expediente decía que sus padres lo maltrataban de chico y creció con rechazo hacia toda autoridad establecida.
-¡¿Que hablaban?! No me interesa. ¡Xu! Que alguien llene la bolsa con la plata.
Xu respondió:
-Así es. ¡Vos! (señalando a un adolescente en el suelo que parecía ser un cajero) carga toda la plata en esta bolsa.
El muchacho se quedó duro. Tenía mucho miedo, nunca había vivido algo así. Entonces Talón levantándolo del cuello le gritó:
- ¡¿No estás entendiendo lo que se te ordenó?!


Entonces en los ojos de ese muchacho, ví por primera vez en algún miembro de ese pueblo una mirada de bronca.
Xu gritó - ¡Me estoy impacientando!
Y sacando su arma dispara contra el muchacho. Las caras de horror de la gente fueron indescriptibles. Varios se pusieron a llorar, otros gritaron. Uno se levantó e intentó salir corriendo. Xu le disparó por la espalda y cayó al suelo.
En 5 minutos sucedieron cosas demasiado fuertes para todos. De repente existen en este mundo una aglomeración de personas con miedo, odio y potenciales traumas y rencores de por vida.
¿Qué iban a hacer los líderes? Ya no hay vuelta atrás. Hay 2 hombres muertos y un salón lleno de odio. Desde afuera están filmando, por lo tanto la sociedad entera se podría estar cuestionando el sistema cultural propuesto.
Xu y Talón, aparentaban estar tranquilos. Ya tenían muchos años de homicidas. Dos rayas más a la cebra no harían diferencia.
De golpe, sin que nadie lo pudiera preveer, un hombre que estaba con su familia, apareció de la nada y arrebató el arma de Xu. Sin pensarlo le disparó a Talón en la pierna.
Talón cayó al suelo, pero desde allí con su arma disparó en la cabeza del padre de familia.
No lo puedo creer. ¿Por qué todas estas cosas me estaban afectando tanto? Soy policía, esto es lo normal en mi planeta natal. Cualquier día prendías el noticiero y  todo la gente ve asesinatos, robos y maldad reinando. Yo crecí viendo esto y por eso me enlisté, para detener el crimen. Pero ¿por qué hoy me parece tan duro?
Mientras ambos homicidas insultaban a los cuatro vientos, lentamente me acerqué al arma que saltó de las manos del padre. La tomé entre mis manos y grité:
-¡Alto! Policía.
Hay costumbres que uno tiene que las hace sin pensar. Ese era el típico grito que legalmente debíamos emitir ante una situación peligrosa en mi planeta natal. Desde mi experiencia para lo único que sirve es para darle la chance al enemigo de que te dispare primero.
Esta situación era muy confusa para mí. ¿Sí el disparo y lo mato…? ¿Le estoy haciendo un bien a esta sociedad? ¿O le estoy mostrando que la solución está en eliminar la violencia con más violencia?
Xu se quedó quieto y callado. Talón siguió gritando.
- ¡Yo doy las ordenes acá!
Y me apuntó.
Xu parecía estar muy nervioso. Como si estuviera decidiendo de qué lado estar. No entiendo por qué.
Talón y yo nos apuntábamos el uno al otro con el arma. Ese momento duró segundos, pero mientras lo viví fue eterno.
Miré a los ojos de los líderes, las mujeres llorando en el suelo, la familia del hombre muerto, la cara de los ladrones. Era un ir y venir de emociones. ¿Por qué no dispararle y que se termine todo de una vez? Estos ladrones se merecen más que la muerte. Pero ¿qué pasaría con la sociedad? ¿Resolver violencia extrema con violencia extrema? ¿Me convertiría en el primer hombre al que le aceptan actos de violencia la violencia? ¿Sería yo el precedente para una serie de normas que vendrían después?
Ellos se lo merecen. Deben morir. En ese momento el nivel de adrenalina subió más alto de lo que recuerdo me haya pasado. Me sentí con fuerzas, con ganas de solucionar todo esto; Ganas de apretar ese gatillo como si fuera lo más importante de mi vida; Ganas de tener un bate de baseball para rompérselo por la cabeza y disfrutarlo aún más. Si, yo, herví en odio.
Por un instante creo que hasta Talón se asustó de mi gesto. Fue cuando entonces ví mi reflejo en uno de los vidrios del supermercado. Mi cara se había transformado. Yo estoy tan contaminado de rencor y maldad como ellos.
Entonces tomé mi decisión. Me calmé. Apunté el arma y le disparé.
Si, apunté al antebrazo que sostenía el arma, para que esta caiga al suelo. Talón se encontraba ahora totalmente en el suelo sangrando. Su arma cayó sorprendentemente cerca del hijo del hombre de familia.
- Xu! ¡Hacé algo imbécil! ¡No servís para nada! ¡Estoy sangrando idiota! ¡¡Matalo!!
Cuando Xu quiso agarrar el arma, el muchacho la tomó primero. Estaba templando. Apuntaba su arma hacía ambos bandidos, intermitentemente.
Fue cuando entonces el muchacho apuntó a Talón y dijo:
-Por mi papa.

Cap 4

Hay momentos en la vida en que se dan situaciones que son tan trascendentes que la decisión que podamos tomar, pasan a ser las que nos definen como seres.
Yo me encontré con ese momento.
En ese momento observé el brillo de los ojos de Sebastián. Ellos fueron mi inspiración. Sentí que una antorcha dentro de mí se encendía. La fuerza que tuve en ese momento superaba toda adrenalina que pude haber sentido jamás. Yo podía ser como Seba, yo podía ser como ellos. Realmente yo amaba a este pueblo.
Entonces hice lo que hice. Salté y me puse entre medio del disparo que iba directo al corazón Talón.
No tiene sentido. ¿Morir por alguien que verdaderamente merece la muerte por sus muchos pecados?
Todos se quedaron quietos. Los líderes llevaron a los ladrones al centro de salud integral. Del muchacho se encargó el otro grupo de líderes que observaba desde afuera. Toda la gente salió caminando del lugar anonadada. Los reporteros publicaron la historia por todos los medios.
Repito, puede que no le encuentres el sentido. Podré explicarte las razones de morir por alguien que verdaderamente merece la muerte por sus muchos pecados. ¿De qué puede servir? ¿Por qué lo hice?
Por amor. Por amor a esta gente.
Talón y Xu eran víctimas de una sociedad podrida. Será un arduo trabajo por parte de los líderes descontaminarlos. Conociéndolos no se olvidaran de las necesidades de las familias de los difuntos, y creo que a esta altura del relato no es necesario aclarar que no sólo me refiero a las de alimento y techo, sino sociales, emocionales y espirituales.
Compañerismo. ¿Dónde estás? ¿Quién sos? ¿Dónde te puedo encontrar? Desde que escuché de vos, soy capaz de cruzar el mundo por ver sí eres verdad. Por ver sí es cierto que puedes hacer feliz a un mortal. Por alcanzarte lo he perdido todo, y sin embargo...
He aprendido a Volar. He ganado tu Verdad. Conociéndote ya sé lo que es… Amar.

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