jueves, 31 de marzo de 2011

Clase 3. Una primer impresión que dió impresión

Al iniciar la clase noté que el profesor tenía dudas con respecto a sí entendí las consignas de la asignatura. No es para menos, sucedía que no había llegado a cumplir las tareas. Rápidamente pude aclarar si que sabía lo que tenía que hacer, pero que no alcance a hacerlas. Con lo cual pasé de ser un potencial alumno complidor pero inconsiente, a ser un alumno incumplidor consciente, cosa que, meditandolo bien, no sé que es mejor.


Sucedió que todo este fín de semana largo lo dediqué a trabajar voluntariamente en un campamento muy dínámico para adolescentes. Dí una exposición oral general y dirijí 8 foros de discusión acerca de las fiestas. Siendo que en la semana trabajo full-time y estudio en la universidad por las noches, los fines de semana son casi el único momento donde puedo avanzar sobre las tareas y estudiar. Debido a esta actividad, utilizando todos mis tiempos libres en la corta semana que todos los argentinos vivimos, no llegué a cumplir con todas las consignas. Mal de mi parte. Ya me organizé de manera en que no vuelva a suceder.
Volviendo a lo que sucedió en la clase, el profesor hizo mensión del fenómeno de la primer impresión. Algo importante, que todos damos y que tenemos el derecho de tener sobre otras personas. En el contexto de la charla interpreté que no tuvo una buena primer impresión mía. Bueno, yo lo entiendo, estoy seguro que estando yo en su lugar pensaría lo mismo. Por mi lado me esforzaré para que eso cambie y no sea un impedimento para aprender lo más posible de él.
Durante la cursada se expusieron los distintos tipos discursivos. Me encanta poder tecnificar los conceptos que uno ya conoce, es decir, saber que cada estilo tiene su nombre y clasificación.
Uno de los tips que llamó mi atención fue cuando numeró los pasos de una argumentación. En lo personal, lo que más me cuesta es el memorizado. Cada vez que preparo una exposición oral prepraro muchas cosas, pero termino diciendo sólo un poco más de la mitad. Debo mejorar eso. Escuché de capacitaciones sobre eso, algo de Tandem. Bueno, ya veremos.
En la segunda parte de la clase hicimos unas actividades para autoevaluar nuestro léxico, y luego el juego conocido como Dígalo con Mímica. Esto último fue divertido, pero lo más destacado fue, al finalizar, cuando el profesor expuso su verdadero objetivo: que tengamos una primer experiencia de exponerse delante de otros. Muy buena idea. La materia cada vez se pone mejor.
Al finalizar la clase el profesor me indicó que ese mismo día le envíe por mail en link de mi Blog. -Claro que si!. Respondí. Aunque no lo crea, le voy a demostrar que soy una persona responsable. Pero las cosas no salieron como las imaginé...
Continuará.

Pre Clase 3. Misión imposible.

-"Harari, profesor Arari".
-"Trabajamos con todos los profesores, menos con él". Me respondíó, con un tono extraño como salpicado de ironía y enojo, el poco simpatico vendedor de apuntes. No era el primero que había rechazado mi pedido. Ese día fue toda una hasaña obtener esas fotocopias.
Busqué en mis hojas y encontré finalmente la dirección donde podría obtenerlo.
Al llegar al lugar me atiende un excentrico vendedor luciendo rulos y anteojos muy grandes. Una vez que realizo el pedido descubro que en mi billetera no tenía el dinero suficiente. ¡Que mal!. Este muchacho me recomendó usar el cajero de la universidad.


Fui corriendo a mi amada universidad, y al insertar mi tarjeta, su sistema, con una interfaz completamente distinta a la que suelo utilizar en otros cajeros Banelco, rechaza mi tarjeta en todos mis intentos. En ese momento recordé esa expocisión de arte a la que fuí cierta vez, donde estaban representadas todas las emociones del ser humano. La "Ira" particularmente estaba graficada en la foto de una persona revoleando una computadora por los aires. Me sentí muy identificado.
Acto seguido salí a bsucar por las calles un banco, hasta que a unas cuadras de allí, sobre la Avenida Córdoba encontré uno.
Supongo se imaginarán el resto de la historia.

jueves, 24 de marzo de 2011

Comunicación Escrita / Comunicación Oral

La comunicación escrita me permite estar ahora sentado en una mesa, sólo, dirigiéndome a usted, sin necesidad de que usted se encuentre aquí.
La escritura hace posible una comunicación diferida y a distancia. Esto me requiere el esfuerzo de construir en mi imaginación lo que usted podría interpretar de lo que yo escribo. Imagino su manera de pensar, de interpretarme y hasta las caras que pone al leer mis líneas. He creado en mi mente lo que se conoce como un lector virtual. A la vez, al usted no tenerme en frente, imagina también a un interlocutor virtual.
Una característica destacada de este tipo de comunicación es que dispongo de tiempo suficiente para pensar lo que digo, elegir los términos apropiados, planificar que voy a decir después, cambiar el orden,  corregir, tachar, volver atrás y revisar todo. Ahora mismo estoy cambiando algo y usted nunca sabrá qué.
Sí estuviéramos en una comunicación oral, todo esto sería distinto. En ella no hay vuelta atrás. Cuando comunicamos existe retroalimentación instantánea. Podría darme cuenta con un solo gesto suyo el interés en lo que le comunico, y hasta podría hacer variar mi opinión sobre lo que pensaba decir, antes de seguir profundizando.
Roman Jacobson formuló un esquema para modelizar la comunicación oral cara a cara. Esta imagen lo grafica claramente.

Daré dos ejemplos: Una carta de amor y una compra en la carnicería. En el poema de amor el destinador o emisor es un enamorado; El mensaje lo que él comunica a través del canal o contacto, que es la carta; Este lo hace a través de un código que es el lenguaje con todos sus condimentos delicados que ayudan a que se entienda la intención y colaboren con el objetivo del mismo; Al destinatario, la chica de risos pelirrojos, pecas y sonrisa grande.
El caso de la compra de la carnicería, es muy similar: El destinador es un hombre de contextura física grande amante de la carne; El mensaje lo que solicita a través del canal que es el aire; A través de un código que es el lenguaje con sus respectivas características particulares; Al destinatario, el carnicero de risos pelirrojos, pecas y sonrisa grande.

Desde un punto de vista comunicativo, un código es un conjunto ordenado de conocimientos compartidos que se activan en el intercambio; tanto al escribir como al leer, activamos este conjunto de conocimientos. Los códigos tienen distintas extensiones: hay códigos compartidos por toda una comunidad, como es el caso de las lenguas, y hay códigos más restringidos, compartidos por grupos menores.
Existen cuatro códigos entre escritor y lector en la comunicación escrita:
El código sociocultural abarca los conocimientos acerca del mundo que el escritor y el lector tienen y que pueden provenir de la experiencia directa o de otros textos.
El código ideológico contiene los sistemas de creencias y de valores que manejan tanto el escritor como el lector, y que proyectan sobre los textos que leen o escriben. Se incluyen en este código tanto los sistemas interpretativos más institucionalizados (las teorías) como las creencias que forman parte del “sentido común”.
El código retórico es la búsqueda de las palabras adecuadas según el contexto y la intención. De aquí también desprenden los distintos géneros.
Y por último el código lingüístico contiene los conocimientos acerca de la lengua que tienen los usuarios, desde la fonética hasta el conocimiento léxico y gramatical

Tradicionalmente, se sostenía que el mensaje escrito, el texto, era producto de la actividad del escritor y que, por lo tanto, era éste quien fijaba su sentido. Como reacción a esta teoría, surgió otra, opuesta, que afirma que no existe un artefacto desprovisto de sentido hasta tanto no sea leído. Basándonos en esto último se podría decir que en un mismo material hay tantos textos como lecturas. Interesante.
En el medio de estas dos teorías se ubica la de Umberto Eco. Él propone entender el texto como una construcción compartida entre el escritor y lector, como fruto de la cooperación entre ambos. Eco afirma que el texto es incompleto hasta que la actividad del lector le da sentido.
Según mi opinión, dependiendo del género, existen textos con mayor y menor admisión de diversidad de interpretaciones. No es lo mismo un mensajito de texto de alguien contando cómo se siente y que encima utiliza abreviaciones de palabras, a un manual escolar. Basándome en esto concuerdo con lo que él formula al hablar de textos más abiertos o cerrados, haciendo referencia a la diversidad de interpretación admisible al ser leídos.

La comunicación, tanto oral como escrita, es un fenómeno que la humanidad seguirá analizando y seguirán surgiendo teorías sobre cómo interpretarla según también vaya progresando la civilización. Mientras tanto, utilicemos este recurso para seguir evolucionando; Con ella podemos expresar ideas, innovar, crear en equipo, comunicar sentimientos profundos y resolver problemas. Es una herramienta muy poderosa. Abriendo la boca, escribiendo algo, podemos desatar una guerra o terminarla. Por palabras las personas quedan atadas a traumas o son perdonadas de algún error que cometieron. Utilicémosla para de alguna manera hacerle bien a los demás. Disfrutemos de la comunicación.

jueves, 17 de marzo de 2011

Clase 2: Valió la pena

- Aunque suene extraño, hoy me levanté con muchísimas ganas de cursar.
- Eh... ¿que? ¿En serio?
- Si... No, no soy uno de esos personajes admirables amantes del estudio indiscriminado, tambien conocidos como nerds. Pasa que hoy me tocaba cursar Comunicación Oral y Escrita.
- Jaja, che... ¡que chupamedia!
- No, en serio. De hecho, esta materia no está en mi plan de carrera; Me anoté como electiva para poder cursarla.
Si me conoces un poco, sabes que me encanta leer libros, y también hablar en público. Hace poco un amigo escritor me sugirió que no sólo lea, sino que me anime a escribir algo, aunque sea en una anotador algunas ideas. Bueno, en eso andamos. Pero con esta materia estoy seguro que voy a adquirir herramientas, tanto para la escritura, como para mejorar mis exposiciones orales.
- Che que bueno... ¿Y como te fue?
- Llegué muy puntual... el problema fue que ¡me equivoque de edificio!
Primero no encontraba el aula, luego cuando me di cuenta de mi error, tuve que salir corriendo a tomarme un colectivo que, como suele suceder en este tipo de situaciones, se hizo esperar. Luego, como para gritar bingo! toque el timbre ¡y no me abrió! ¡me pase de parada! Increíble...
Llegue tarde.


El profesor expuso el tema paratextos. Interesante. Yo opino que, en ciertos géneros, se podría aplicar un buen nivel de libertad en cuanto a la disposicion de este tipo de textos. Eso sería divertido.
En la segunda parte fuimos al Labotariorio Mac. Que lindo que es. Digno de una buena facultad de diseño. La UP cada día me gusta más. Me voy a comprar uno de esos buzos para usar y expresar mi agrado con esta univ.
-Che para...  ¿A quién le importa lo que estas escribiendo?
- Ehhh la verdad que ní ídea... pero sí llegaste hasta acá... por algo es...
En conclusión, la verdad estoy lleno de espectativas con esta materia. Creo que toda esta travesía que tuve que vivir hoy, valió la pena.

jueves, 10 de marzo de 2011

Clase 1: Villa Gesell

¡Me perdí la primer clase!
Mientras todos disfrutaban del estudio, yo sufría en Villa Gesell de vacaciones [Irónia absoluta].
Hablando en serio, no me hubiera gustado perderme esa clase. Me enteré que todos se presentaron, que se vieron detalladamente la forma de trabajo de la materia y que se hizo un ejercicio sobre las tildes.
En otra clase, el profesor dijo que esta clase era MUY IMPORTANTE. Y que los que no fueron tienden a estar perdidos en la materia. Bueno, yo digo que no será así en mi caso... pero en la cancha se ven los jugadores.